Los chicos del coro

  En 1949, Clément Mathieu, profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores. Especialmente represivo, el sistema de educación del director Rachin apenas logra mantener la autoridad sobre los alumnos difíciles. El mismo Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae poderosamente el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con la magia del canto, al tiempo que va transformando sus vidas para siempre.

 Esta película es una maravillosa historia de empeño personal para dar aquello que uno tiene y lo quiere hacer producir y contagiar en otros a pesar de los obstáculos que surjan, sin importar las dificultades que se presentan tanto por parte del colegio, como de los alumnos. Este profesor es un claro ejemplo a seguir por la dedicación e implicación que desarrolla en su labor como docente.

 Nos centramos en una película muy bien ambientada en la época, que tiene como objeto la reflexión profunda sobre los métodos de enseñanza y la forma de llegar a los educandos. En forma paralela Christophe Barratier nos plantea dos modelos antagónicos de enseñanza que, obviamente,  tendrán diferentes resultados: por un lado un modelo opresor e incomprensivo reflejado en el director del internado, y por el otro un método de enseñanza más humanizado y abierto a darle mayor participación a los alumnos, mediante la comprensión.