La lengua de las mariposas

 La trama se desarrolla en un pequeño pueblo de Galicia en tiempos de la República y refiere la relación de afecto entrañable entre un niño que va por primera vez a la escuela, su familia y el maestro, un viejo sabio que logra transmitir sus conocimientos a sus alumnos poniéndolos en contacto con la naturaleza y la poesía. El maestro es un socialista, por añadidura ateo, que comparte ideales con el también ateo y republicano padre del niño, un modesto sastre. El maestro es jubilado y en su discurso de despedida dice: “Denle un solo año de libertad a este pueblo y nunca más aceptará la tiranía”. La película termina cuando el franquismo triunfa, comienzan las redadas para capturar republicanos y comunistas. La muy católica madre del niño quema, aterrorizada, todas las pruebas de la ideología del marido y obliga a éste y a su hijo a gritar consignas contra los “rojos” cuando van saliendo esposados hacia la prisión o la muerte, el último de la fila es el maestro. Su más dilecto alumno, ese niño al que llegó a tener un especial afecto que éste le correspondía, no solo lo insulta sino que lidera el lanzamiento de piedras al anciano.

 En esta película podemos ver que un buen profesor no depende ni de su ideología ni de su edad y estar en un medio en el que la cultura es excepción, Don Gregorio es un maestro poco tradicional. Propugna una metodología activa, busca despertar la curiosidad de sus alumnos y fomenta procesos reflexivos. Hay una alusión irónica a Antonio Machado (el profesor de ideas republicanas enterrado en el sopor de la provincia). Sin embargo, la película no cae en el optimismo: pese a esa vocación, la semilla sólo prende en quienes, como "Gorrión" están predispuestos a recibirla. Observamos el crecimiento físico, emocional y humano de Moncho, que en principio equipara educación con un sistema represivo del que ha oído hablar pero que enseguida llega a amar la escuela presentada por su maestro como paraíso del conocimiento y del saber.

 Al final de la película observamos que Moncho y su padre tras triunfar el franquismo cambian su manera de actuar a petición de su madre y esposa para que nadie sospeche que ellos eran “rojos”. El niño que tanto apreciaba y admiraba a su profesor, termina por odiarlo y recriminarle el ser de la otra ideología. Podemos ver que no tiene un final feliz y que la educación una vez más depende de la política, no muy lejos de la realidad de hoy en día.