El Florido pensil

Esta película nos muestra, en clave de humor la España de la posguerra a través de la vida de Andrés sopeña, un niño  que junto con sus amigos nos enseñara como se vivía en aquella época. A través de él viviremos en una España muy diferente a la actual, sometida a una rigidez social con unas costumbres y una educación distintas en las formas a las que utilizamos hoy en día.

 

Observamos una sociedad patriarcal donde el padre asume el papel de cabeza de familia y la madre toda la responsabilidad del hogar. El padre lee el periódico y la madre escucha novelas por la radio. Es una sociedad que se encuentra muy marcada por los roles de género.

 

La educación también es muy diferente.  No existen clases mixtas, los chicos y las chicas estudian por separado. El maestro imparte las clases y  enseña lo que hay que aprender, por lo que el alumno se limita a memorizar aquello que le mandan. Existe un aprendizaje muy descontextualizado, donde en los ejercicios se crean situaciones lejanas al alumno que limitan su aprendizaje, aunque en la película el padre lo resuelve con mucha lógica, no existe un aprendizaje que este conectado con los conocimientos que el alumno ya posee. Es una metodología basada en pregunta-respuesta, si era correcta no pasaba nada pero si era errónea eran castigados físicamente por el maestro por lo que el clima del aula no seria muy adecuado. Hoy en día todo esto ha cambiado.

 

La iglesia tiene un papel muy importante en la educación de las familias  tanto en la iglesia como en el colegio. El catecismo era preguntado por el maestro todos los días, lo que genera algunas situaciones cómicas debido a lo complicado que les resulta a los niños comprender algunos aspectos de las creencias religiosas. Era parte muy importante de la educación de un niño tanto en lo personal como en lo académico.

 

Esta película intenta mostrarnos los errores del pasado con un toque de humor para que nos demos cuenta de que la educación tiene que ser algo prioritario para cualquier persona. Es la llave para convertirse en miembros de una sociedad. No puede ser manipulada y debe dotar a la persona de aquellas herramientas que le permitan desenvolverse totalmente.